lunes, 25 de mayo de 2009
Hola, me llamo Narcisa, quizá no para aquellos que pronuncian mi nombre, pero así me llamo desde el principio de los tiempos. Vivo alejada de la realidad, sumida en un largo letargo de invierno, cautiva de un fuego infernal, en el cual observo mi reflejo aturdida. Aquí la lluvia se evapora al caer, y el sol no entra por no haber rendijas que se lo permitan. No existen ángeles ni demonios, ni el bien ni el mal, sólo una conciencia regida por sus propios impulsos, y papel en llamas que soporta el peso de mis confesiones.
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